Redacción Esmeraldas
La capital de la provincia verde de Esmeraldas vuelve a ser azotada por un sismo. Esta vez de 6.3 grados a escala de Ritcher, cuyo epicentro fue a 8.4 kilómetros de la ciudad.
A pesar que no se reportan víctimas mortales, hay daños cuantiosos en infraestructura.
Se evidenció un coliseo caído, decenas de casas colapsadas y con fisuras, establecimientos con parte de su estructura caída, al igual que dependencias públicas y centros de salud.
A esto se suma la obstrucción de la vía a San Lorenzo y la desconexión eléctrica que sufre gran parte de la ciudad.
Sus habitantes relataron haber a vivido momentos de pánico, como aquella tarde del 16 abril del 2016, cuando un terremoto devastó Pedernales, provincia de Manabí, y perjudicó gran parte de Esmeraldas.
Mónica Flores, del sector Tolita, relata que su casa tiene fisuras y está en riesgo que sus paredes caigan. No sabe dónde pasará la noche. Pide a las autoridades ayuda para que evalúen los daños y un hogar temporal.
"Me da mucha tristeza por lo que estamos pasando. Agradecemos que no hubo personas fallecidas, pero es importante que las autoridades nos ayuden a la reparación de nuestras casas", señaló Flores.
En las calles Espejo y Olmedo, la vivienda de dos pisos de María Fernanda Cheme, también colapsó.
En esa infraestructura, la joven vivía con su madre, y tras el sismo, parte de la misma se vino a bajo.
"Pedimos a las autoridades de riesgo que vengan a evaluar los daños y haya algún financiamiento para poder arreglar el daño", señaló.
Esmeraldas, cuya población, es de aproximadamente 231.000 habitantes, viene pidiendo socorro desde hace algunos años.
La ola delincuencial que los condenó a encerrarse y a cerrar los negocios, el derrame del crudo que acabó con su flora y fauna afectando su producción, y el reciente sismo, se sumó a la falta de agua, salud, vivienda, educación que la provincia viene soportando décadas atrás. Talvez la estocada final para su débil progreso y economía.
María Quintero, habitante del sector La Tolita, dice a veces perder las esperanzas de ver a su tierra activa y potencialmente turística, que haga gala de su marimba, gastronomía y playas.
La provincia cuenta con un puerto comercial y pesquero, una refinería, y un aeropuerto, pero eso poco o nada ayuda en su desarrollo.
Quintero cree que la naturaleza se ha ensañado con su tierra natal y la condena a vivir en la pobreza.
Julio Quiñónez, del sector de El Limón, coincide que la provincia está en el olvido, no solo en los últimos gobiernos, sino desde los anteriores.
"Es importante que las autoridades se unan, den una mirada a la crisis profunda de Esmeraldas. Empezar por seguridad, la educación de los jóvenes, la salud, la ayuda a los agricultores y pescadores, fomentar el deporte, construir el tejido social de esta provincia", señaló Quiñónez.
Según datos del INEC, la provincia de Esmeraldas tiene una tasa de pobreza por ingresos del 52,9% y una tasa de pobreza extrema del 25,3%. Estas cifras son significativamente más altas que el promedio nacional, que es de 28,8% para pobreza por ingresos y 10,3% para pobreza extrema.